No me verá nadie, total... para ir a la granja...

No me verá nadie, total... para ir a la granja...

Muchas veces he oído esta frase... Tener una idea es fácil, lo complicado es
ejecutarla. Así que yo, que vengo del mundo del estilismo, he entrado en el de la ganadería después de muchos años habiéndola vivido de cerca en la empresa familiar… cuando ideé MONOA pensaba... ¿Quieres decir que  hay para tanto? No creía que sacar adelante una buena idea y hacerla viable sería tan complicado.


Pues sí, desde la primera calentada mental a tenerlo expuesto en el resto del mundo, hay un abismo. Complicado, no, complicadísimo, y más si no controlas el mundo en el que te metes. Quizás merece otra entrada en el blog.

Ella (Montse) toda la vida vinculada directamente al mundo de la agricultura y ganadería. Yo, Sonia, no tanto como ella ni mucho menos, mi padre agricultor y ganadero. En verano a recoger fruta y en otoño, ir a la granja cuando ellos querían ir a recoger setas. Teníamos 15 y 12 años que con mi hermana, cogíamos la moto y a la granja a las 8 de la mañana. Señor policía, eran otros tiempos. Empujábamos la "vagoneta" para repartir el pienso. No teníamos suficiente fuerza y ​​teníamos que apuntalarnos para empujarla, y cuando cogía velocidad, entonces ya estaba… Solo hacía falta cruzar los dedos para que no chocáramos. ¡Comida repartida y ya podemos volver a casa!

Hacía tiempo que Montse me decía que las mujeres no tenemos reconocida  nuestra
naturaleza en la ganadería. Yo no le escuchaba suficiente, ya que todos vamos con prisas, y si tenemos 5 minutos tenemos ganas de "no hacer nada", pero ese día, a mis 45 años, lo vi claro.

Corría el año 2022, estaba en la granja de mi padre y sentía que perdía la dignidad por hacer un "pipí". De cuclillas, mangas arremangadas para que no se mojaran, piernas bien abiertas para no salpicarme. Y… el móvil, ¿dónde lo tengo? No te muevas, que te caerá y solo falta que se caiga aquí en medio… ¿PERDONA???

Siglo XXI, mucha tecnología en las granjas, mucho tractor grande que casi va solo. ¿Desde el teléfono se puede controlar casi todo y resulta que para hacer "pipí" tengo que quedarme con el culo al aire, desnuda, todo  a la vista y vigila que no tome daño??? ¿Y mi dignidad como mujer? ¿Quién lo ha tenido en cuenta? ¿Alguien ha pensado en todas estas mujeres que de forma directa o indirecta han estado y están vinculadas al campo, a la ganadería o cualquier trabajo en el que siempre se ha visto la figura masculina como prioritaria?

No es un tema machista ni sexista, no quiero poner etiquetas, no se trata de buscar
polémica, se trata de decir las cosas por su nombre.

Se trata de hacer visible una situación que sufren muchísimas mujeres y lo han hecho
resignadas. Quizás no conforme con la situación en que vivían, pero con la responsabilidad de llevar una casa, una familia y cuidar de sus mayores, que ni pensamientos de irse a vivir a una residencia "porque de casa no me sacarán"… Todos estos hechos y muchos otros, hacen que la mujer no tenga ni 5 minutos en pensar cómo solucionar este problema. Al contrario: …“el chándal viejo del niño no lo tiro, servirá para ir a la granja”, “ese pantalón que ya no puedo ponerme, será por la granja que no me ve nadie...”

Pero resulta que cuando estás allí viene la tía que vive en la ciudad, o se presenta un comercial de pienso y te ve con el chándal viejo de tu hijo, el pantalón que te va justo y tú piensas: "¿Y no podían venir otro día??? ¿Por qué vienen hoy?". Excusa.
Porque mañana, si no te hubiera visto a nadie, te lo volverías a poner. Serían aquellos u

otros y de esta manera te resignas a seguir vistiendo de cualquier manera para trabajar.

Y claro... “¡Tía qué sorpresa!! Venid, entramos en casa...” Y ves tu reflejo en el cristal del tractor. "Y tenía que ser hoy" y quieres entrar en casa, pero antes te quitas las botas, te sacudes, te lavas las manos, te miras en el espejo y dices:... "Y tenía que ser hoy… Qué pinta..." Y entra en casa y te vuelves a ver al reflejo de la puerta y piensas: "Qué facha que hago… Y debía ser hoy" ...

Pero es mentira lo que te llamas, es una excusa. Porque hoy te han visto ellos, pero mañana, como no hay opciones diferentes para volver a vestirte, irías de nuevo con un chándal viejo, mallas o un pantalón desgastado. “Total... para ir a la granja...”

Y llega el día que dices:... “Hasta aquí. Quiero ir vestida normal, quiero ir vestida con ropa por el campo o por la granja”.

Y te deprimes porque recuerdas tu reflejo en el cristal y aún te deprimes más cuando ves que no hay nada en el mercado pensado para mujeres, que solo puedes aspirar a comprarte un chándal nuevo. ¡Eiii! Ya no es el viejo heredado; ). O puedes comprarte un pantalón de trabajo de hombre, de color negro, gris, azul marino, con un polo, sudadera y poca oferta más.
¿Qué triste verdad?

Había que hacer algo, me decía Montse. Las mujeres ganaderas y agricultoras necesitan un mono de trabajo adaptado a sus necesidades, pensado para ellas. Y yo finalmente le hice caso. ¿O es que debíamos continuar resignando y adaptando?
Por eso estamos orgullosas.

Sabemos que hacemos bien el trabajo por el regreso que tenemos de nuestros clientes. Estamos
orgullosas del punto donde estamos y muchas veces podríamos perder el control, porque la misma impulsividad que tuvimos ese día, la hemos tenido al crear más productos y cuidar a la mujer.

Este fue nuestro motivo para sacar adelante el MONOA para mujer, mientras una pensaba que se acababa un problema, la otra veía una vía de negocio... Y cuando hablábamos, se cruzaban los pensamientos. Ambas vemos lo mismo, una necesidad, una solución y una vía de negocio.

Valía la pena no querer pensar en otra cosa y continuar con la idea.

 

Sonia Morell